Los días 2, 3 y 4 de julio en el entorno privilegiado del CENEAM, en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama (Castilla y León), tuvo lugar la cuarta edición de un simposio que tiene como objetivo principal compartir experiencias de educación para la sostenibilidad
que capaciten ciudadanos para actuar y para hacer frente a los retos sociales y ambientales del siglo XXI, y como objetivo secundario compartir el esfuerzo y las ganas de avanzar todos juntos en un mismo camino.
Como si se tratara de una convención de tejedores y tejedoras, que se reúnen una vez al año para explicarse cómo hilan, hilvanan y cosen, los cerca de cien docentes, técnicos y educadores ambientales participantes al encuentro dedicamos tres días a dialogar e intercambiar experiencias para mejorar las redes de escuelas sostenibles, que cada vez están mejor tejidas. Tres días para compartir reflexiones e inquietudes con el objetivo de impulsar una educación ambiental innovadora, de calidad y empoderadora en los centros educativos de las redes de ESenRED.
ESenRED (Escuelas en red para la sostenibilidad), es una red de redes a nivel estatal que nació en el 2012, y que al simposio de Valsaín estaba representada por Cataluña, las Islas Baleares, la Comunidad Valenciana, Andalucía, Albacete, la Rioja, Palencia, Madrid, el País Vasco, la comunidad de Madrid y las Islas Canarias.
ESenRED organiza tres encuentros anuales, en julio este encuentro de docentes para compartir experiencias e inquietudes, en octubre el encuentro de técnicos de las redes territoriales para hacer evaluación y propuestas de mejora y, finalmente, la conferencia internacional CONFINT dirigida a alumnado, en el que ellos son los protagonistas de sus acciones. La próxima estará el mes de octubre en Albacete.
El simposio, con un programa repleto de ponencias, espacios de intercambio de experiencias, encuentros informales, talleres y actividades de descubrimiento, también dejó tiempo y espacio para comidas compartidas, y para tejer de manera espontánea alianzas muy enriquecedoras tanto a nivel profesional como humano.
El pistoletazo de salida fue potente y estimulante, con la ponencia inaugural de Yayo Herrero, profesora de la UNED en la Cátedra de educación ambiental y presidenta de FUHEM, antropóloga, ingeniera, profesora y activista ecofeminista. Yayo Herrero habló del currículum ecosocial de la educación hacia la sostenibilidad. Empezó la charla citando una frase de Jorge Riechmann lo bastante sugerente: Para salir de un pozo, antes tienes que saber que estás. A continuación nos planteó reflexionar sobre cómo el modelo socioeconómico globalizado se destruye a él mismo, ya que no vela por la vida. ¿Para quién o para qué se abren las fronteras? ¡Si bien se obran para el transporte de materias primas, energía, petróleo, minerales, etc., no lo hacen tan fácilmente para los refugiados que buscan una vida digno! ¡Qué abismo!
Seguidamente habló sobre el radical ecodependencia de que tenemos los humanos, y la gran contradicción que, a pesar de saber que vivimos en un planeta con límites físicos, lo hemos explotado hasta superar estos límites (peak oil, etc.). Pero es que además de ecodependientes, los seres humanos también somos seres interdependientes, es decir, necesitamos cuidarnos entre nosotros, porque nadie puede ser completamente autónomo, ya que tenemos cuerpos finitos y vulnerables. Por lo tanto, para asegurar la vida humana, hacen falta relaciones ecodependientes y al mismo tiempo interdependientes. En términos de sostenibilidad, el planeta ya se sostiene solo, en cambio la vida humana la tenemos que sostener entre todos nosotros, hombres y mujeres. ¿Pero qué pasa en un mundo donde manda el capitalismo? A Yayo Herrero nos llevó a reflexionar que sólo tiene valor económico aquello en el cual se le puede asignar valor monetario, por lo tanto, hay muchas cosas que desaparecen de los estudios económicos, porque no se pueden medir en dinero. Ya volvemos a ser al cabo de la calle, pues. ¿Qué valor damos a las relaciones humanas, si vivimos en sociedades que creen que hay que tener dinero para vivir? Ante este panorama, que puede parecer muy pesimista y negativo, la ponente propuso la educación como herramienta para hacer frente a estos problemas. La educación es un espacio que permite formular preguntas diferentes, fomentar el espíritu crítico y poner el foco en elementos invisibilizados. En esta línea, el año 2006 Ecologistas en Acción hizo un estudio del currículum oculto de ecologismo, y se dieron cuenta de que se estaba educando en contra de nuestra propia supervivencia. ¡Que se dice muy rápido, pero es para reflexionar de lo lindo! Desde la Fundación FUHEM (fundación independiente sin ánimo de lucro que promueve la justicia social, la profundización de la democracia y la sostenibilidad ambiental, a través de la actividad educativa y del trabajo en temas ecosociales), están haciendo un trabajo muy interesante para ecosocializar el currículum educativo, modificando algunos aspectos tanto con respecto a los contenidos como a las metodologías, y proponen un currículum alternativo en que aparecen contenidos como la diferencia de género, el cuidado a la vida, la alimentación saludable y sostenible, la educación en el conflicto, la inteligencia emocional, etc. Este currículum ecosocial estará a disposición de la ciudadanía muy pronto. Esperaremos este documento como agua de mayo.
La tarde del primer día hubo tres talleres simultáneos: “Visión sistémica de los problemas ambientales”; “Trabajo curricular de los ODS”; “Del cambio climático a la educación ambiental”. Los tres fueron muy interesantes para profundizar en las posibilidades que ofrece el currículum escolar para el desarrollo del EA. A continuación se hicieron los primeros intercambios de experiencias de los centros educativos, simultáneamente en tres espacios.
Después de horas de trabajo y los primeros conocimientos, la primera jornada acababa de una manera que ayudó a acabar de romper el hielo, con la cena Los territorios tienen sabor. Cada red territorial presentó y compartió productos gastronómicos típicos de su región que degustamos entre todos. Para resumirlo, fue una velada llena de bebida y comida dulce y salada (de proximidad, ecológico, artesanal, etc.), de música, bailes y carcajadas. Una velada que nos hermanó bien entrada la noche.
La mañana del segundo día empezó también con otro espacio de intercambio de experiencias entre profesorado. Experiencias muy interesantes sobre temáticas como la transformación de patios, el conocimiento de la biodiversidad del entorno próximo, la convivencia, la prevención de los residuos, las energías renovables, etc.
Los talleres que tuvieron lugar a continuación fueron muy prácticos y permitieron seguir reflexionado sobre el currículum en educación ambiental: “Gamificació en programas de EA”; “Construcción de un cargador USB para bicicleta”; “Soberanía alimenticia y EA”.
Después de comer llegó una actividad muy esperada, los itinerarios de naturaleza para conocer los bosques y el río de Valsaín, con la guía de educadores del CENEAM. El itinerario por el pinar que rodea el CENEAM permitió saber que se trata de un territorio muy emblemático y que tiene la figura de protección de Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.
La guía nos explicó que a lo largo de la historia siempre ha sido bosque, no ha habido ningún asentamiento. Los reyes de Segovia venían a cazar. En el siglo XVIII, Carlos III hizo construir una fábrica de vidrio en el núcleo próximo de La Granja, y por eso necesitaba silicio y plomo, y también mucho combustible para quemar. Fue él quien explotó el bosque para extraer madera, hasta dejarlo desnudo. Sin embargo, envió a un grupo de expertos para observar cómo se gestionaban los bosques de Europa, y construyó una serrería, que ahora mismo está cerrada, pero esperan volver a abrirla. El rey, pues, acabó haciendo una buena gestión del bosque de la zona, y acabó entendiendo que la conservación se tenía que equilibrar con la explotación.
Actualmente, de las 11.000 hectáreas de bosque, 9.000 son pinar y 3.000 robledal. La salud del robledal está peor que la del pinar, ya que se ha preservado mucho mejor ésta última. El pino de Valsaín tiene una alta calidad porque tiene un crecimiento lento, ya que vive a altas altitudes. Actualmente se sigue haciendo un aprovechamiento maderero del bosque, con una gestión sostenible y muy regulada. Sólo se extraen 23.000 m3/año (16.000 árboles), que es lo que el pinar puede crear en un año. Además, de manera controlada, se deja extraer madera muerta del bosque porque es una acción que, con control, es beneficiosa para el ecosistema. La acción la llevan a cabo personas mayores muy vinculadas al territorio, los llamados gavarreros.
Después de la caminata en que todos aprendimos y disfrutamos muchísimo de un entorno espectacular, llegó el momento de presentar los programas y funcionamiento de las diversas redes que conforman ESenRED. Este espacio sirvió para darnos cuenta del gran trabajo que se hace en cada territorio y concluir que todos trabajamos de manera muy parecida y remamos la barca hacia el mismo destino.
El último día del simposio tuvo lugar la ponencia final, a cargo de Toni Aragón, director del PRAE (Centro de iniciativas ambientales de la Junta de Castilla y León). ¿La ponencia, con el título ¿Porque trabajar la sostenibilidad desde los centros educativos?, empezó con una frase muy sugerente de Rabhi: ¿Qué planeta dejaremos a nuestros hijos, o a qué hijos dejaremos en nuestro planeta?. El ponente hizo un símil muy ilustrativo comparando el mundo actual con el barco Titánic, y dijo que en este momento es como si ya hubiéramos chocado con el iceberg. Por lo tanto, no es tan importante saber quién es el culpable de la colisión, sino que lo que importa es pensar cómo sobreviviremos. Él habló del prefijo mágico eco, que viene de la palabra griega oĩkos, que significa casa, medio, y de la palabra educar, que viene del latín educare, y significa guiar, conducir. Nos interpeló preguntándonos cómo cultivamos nuestro espíritu (ya que somos personas que guiamos, acompañamos), y si preparamos personas para trabajar o para cultivar su espíritu. La cosa iría por aquí: hay que educar en la escuela para el mantenimiento de la sostenibilidad de la casa.
Hablando de contextos curriculares, Toni Aragón planteó tres preguntas: 1- ¿Cómo hacer un proyecto de centro? Los objetivos son compartidos por toda la comunidad educativa?; 2- ¿Cómo hacerlo para no sentirnos solos? Nadie está en contra de construir un mundo mejor, ¿verdad? Así pues, no tendríamos que estar solamente en los proyectos de EA, pero lo que a menudo nos falta son herramientas; 3- ¿Cómo abrirlo en el entorno? Pues muy sencillo: entendiendo que la “casa” también son los espacios públicos. Por si no teníamos bastante, nos hizo reflexionar sobre cuántas horas se pasa un niño en una escuela y cuántas en un centro comercial. En el mundo en que vivimos el problema es que nos marean demasiado. Se tiene que hacer un esfuerzo por parar, en mayúsculas: PARAR.
Seguidamente hizo énfasis en que cuando educamos nos tendríamos que preguntar por qué queremos tener éxito en nuestro proyecto de escuela sostenible. A veces no tenemos lo bastante en cuenta que vivimos en un mundo incierto, y que tenemos que preparar a los alumnos para esta realidad, los tenemos que capacitar para tomar decisiones. Sin embargo… ¿cómo hacerlo? Creando contextos. ¿Qué necesito conseguir y cómo lo tengo que hacer? Una manera puede ser saliendo a la naturaleza, que no ha sido creada por nadie y, por lo tanto, el alumno puede aprender solo, ya que dispone de infinidad de recursos. Por el contrario, en un aula, por muchos recursos que haya, es un mundo creado por nosotros. Otra manera de hacerlo, es emocionar con el fin de conectar y, en última instancia, conectar para empoderar. De hecho, tomamos decisiones gracias al hecho de que somos emocionales, por lo tanto, deberíamos buscar esta constante emoción en todo aquello que hacemos. Toni Aragón culminó la ponencia diciendo que un mundo que no es sostenible no es justo.
Después de muchos aplausos a la ponencia de cierre, empezó el último acto de la extensa e interesantísima programación del simposio, una mesa redonda en que se presentaron cuatro prácticas educativas de éxito. La CEPA Luis Eceiza LHI Eskoriatza de Guipúzcoa presentó el proyecto Los alimentos y el cambio climático, el IES Ramón Menéndez Pidal de Las Palmas presentó la experiencia Creación de escenarios oxigenados para el desarrollo de los contenidos curriculares a través del aprendizaje basado en proyectos, el CEIP N.S. de Gracia de Málaga expuso el proyecto Aguas mansas, ríos volteados, y finalmente, la Escuela Vedruna de Malgrat de Mar presentó la Semana de la sostenibilidad: aprendizaje basado en problemas.
Y finalmente, después de tres días intensos que pasaron como un suspiro, llegó el momento de clausurar la cuarta edición del simposio. Además de los parlamentos de agradecimiento, no podía faltar la evaluación, ya que sólo evaluando se consigue mejorar. Se hizo una evaluación conjunta a través de la herramienta virtual Kahoot, en la que todo el mundo pudo participar desde su móvil.
Tanto para los docentes como para los técnicos, el simposio significó una experiencia muy enriquecedora, en qué aprendimos mucho los unos de los otros, compartimos e intercambiamos experiencias: dialogar, reir, caminar, bailar, escuchar, preguntar, reflexionar, y sobre todo fortalecimos la conciencia que somos muchos los y las que trabajamos para hacer un mundo mejor y que nuestras acciones, por pequeñas que parezcan, hacen crecer el espíritu crítico y son el motor de cambio para construir un futuro más digno y más sostenible.
El simposio de docentes de ESenRED fue, por cuarto año consecutivo, un momento maravilloso para hilvanar, hilar y tejer. Hilvanar nuevas propuestas y proyectos ambientales que a buen seguro que darán unos frutos maravillosos. Hilar alianzas entre territorios, centros educativos y personas, para fortalecer el trabajo en red para la sostenibilidad. Tejer unos nudos un poco más fuertes en la red, para seguir creciendo hacia un futuro mejor. Felicitémonos, pues, por haber tejido entre todos un simposio tan fantástico. ¡Larga vida al simposio y al trabajo en red!
Y muchas gracias al equipo organizador.
Podéis encontrar más información y documentación del simposio en este enlace.
Extracto de la crónica del Simposio escrita por Mariona Bigas i Montaner, Asesora técnica territorial del Programa Escuelas Verdes en la Cataluña.
0 comentarios