En el CCEE ASPRONA de Almansa continúan trabajando la temática de Movilidad durante este curso y nos trasladan esta noticia sobre una de las acciones de su Plan de Acción. Pasen y vean.
Algunos de los problemas detectados en la fase de diagnóstico fueron que usamos y dependemos mucho del coche y que en nuestra localidad hay zonas viejas y poco accesibles. Una de nuestras acciones orientada a contribuir en la solución de estos problemas es el Mapeo de los obstáculos que nos encontramos cuando nos desplazamos caminando por el casco urbano.
En una de nuestras salidas, decidimos recorrer el trayecto que va desde nuestro colegio (situado en el centro del pueblo) hasta la estación de tren y autobuses. Os contamos cómo nos fue:
Comenzamos nuestro mapeo en una de las calles principales de Almansa, la calle Corredera. En esta calle las aceras son muy anchas, pero pronto nos damos cuenta que eso no significa que sea cómodo transitar por ellas: aunque son anchas nos encontramos muchos obstáculos: árboles, farolas, señales, bolardos, papeleras, etc. que no se encuentran alineados en una parte de la acera, por lo que debemos ir esquivándolos sin conseguir ir en línea recta. Algunos parecen puestos a propósito para obstaculizar el paso.
Continuamos nuestro camino y nos encontramos con un tramo de acera cortado por un edificio en ruinas. Han habilitado un paso peatones provisional para llegar a la otra acera, pero nos encontramos con otros problemas:
¿Cómo llegar a la otra acera con ese bordillo tan alto?
En este tramo sólo se ha visto afectado el tráfico de peatones, los coches pueden seguir circulando en ambos sentidos. Comenzamos a pensar que hubiera sido mucho más fácil ir a la estación en coche.
Superados los primeros problemas, llegamos a la calle San Antonio: es una calle larga que nos llevará a la avenida de la estación. En esta calle nos dividimos por los dos lados para ver qué acera es más cómoda.
El primer problema en la acera de la derecha nos lo encontramos nada más comenzar. En este cruce la acera es ancha, pero los coches y camiones suelen aparcar encima de ella. No podemos pasar.
Nuestros compañeros de la acera de la izquierda no lo tienen mucho más fácil: allí la acera no es muy ancha, y además se encuentran con unos postes de la luz “clavados” en medio de la acera.
Nuestra aventura sobre ruedas continúa calle arriba. Las aceras se vuelven cada vez más estrechas, y los retrovisores de los coches aparcados comienzan a estar cada vez más cerca.
En esta calle varias vecinas nos advierten: además de ser aceras estrechas, muchos bordillos están rotos, por lo que ha habido varias caídas en la zona.
Unos metros más adelante nos encontramos con otro edificio en ruinas que afecta al paso por la acera. Tenemos que bajar a la calzada (cuidado con el bordillo) y pasar rápido para que no nos caiga nada:
Quizá por la otra acera hubiera sido más cómodo, pero nuestros compañeros se encuentran con otro obstáculo:
¡Un cruce sin rampa ni paso de peatones! Y no hay ningún otro acceso a la vista. Para acceder al paso de peatones tendrían que recorrer más de 120 metros marcha atrás y cruzar a nuestra acera, que tampoco es muy segura.
No tenemos más remedio que continuar por nuestra acera. Pero tardamos poco en encontrarnos con el siguiente obstáculo. Llegamos a una zona de contenedores, y alguien ha pensado que la acera es un buen lugar para dejar una puerta vieja.
Entre todos logramos superar el obstáculo.
La alegría nos dura pocos metros. Más adelante, ¡vemos cómo la acera se estrecha todavía más!
El momento crítico lo vivimos en el paso entre la señal y el bordillo roto. ¡Pasamos con precaución para no sufrir averías!
Por suerte, nos acercamos al final de la calle. En todo este trayecto las personas con las que nos hemos cruzado han tenido la amabilidad de bajarse a la calzada para dejarnos pasar. Pero nos preguntamos qué pasaría si nos cruzásemos con alguien que no pudiera hacerlo.
Por fin giramos la esquina y conseguimos llegar a una acera más cómoda. Cuando ya vemos la estación al fondo nos encontramos la siguiente barrera. Uno de los cruces no cuenta con rampa ni paso de peatones. Además de llevar a la estación, este paso serviría para que otras personas consiguieran llegar al parque de juegos. La alternativa que encontramos es recorrer una acera estrecha, a algo más de veinte metros encontramos un paso de peatones.
Parece que lo vamos a conseguir, llegamos a la plaza de la estación. Aquí hay aceras anchas y pasos de peatones.
Sin embargo, al mirar nos damos cuenta que los pasos de peatones conducen a una escalera y que las aceras terminan de manera brusca sin llegar a ningún lado.
Nos tenemos que volver al colegio sin llegar a la estación. Reto no conseguido. Nuestra aventura ha finalizado.
Nosotros al menos hemos sido capaces de intentarlo y en grupo hemos superado muchos obstáculos, pero nos preguntamos qué podrían hacer otras personas en sillas de ruedas, con carros de bebés ¡o maletas! que quisieran llegar caminando a la estación.
Puedes encontrar estos y muchos más obstáculos en nuestro mapa online.
Qué buen trabajo!